«Para mí, la belleza es ese momento de contradicción que puede tener una imagen, de absoluta seducción y absoluta repulsión… La belleza como algo que tiene mucho sentido, pero que lo pierde y que te abre un espacio. Y, precisamente, pienso que lo que intento con mi obra no es tanto decir algo o crear una alegoría específica o un discurso, sino más bien crear la posibilidad para que un espectador pueda asociar, dentro de una composición de imágenes, su propia idea». (Carlos Amorales en conversación con Hans-Michael Herzog, Zúrich, 29 de mayo de 2007, en el catálogo de la exposición «Carlos Amorales: Dark Mirror»)
La libertad del arte
Carlos Amorales es un artista que difiere de la mayoría. A primera vista, sus obras tienen un aspecto «simple» y ordenado. Pero una mirada más atenta revelará profundidades y abismos complejos; sobre todo cuando intentamos comprender su trabajo. Como todo buen arte, escapa a la comprensión inmediata; en última instancia, el artista no busca ofrecer una comprensión general. En este sentido, Carlos Amorales es un artista «viejo» y «sabio»; de otra época, por así decirlo. Valora ante todo la libertad de expresión artística. A esto aspira… y lo logra. Observa su propio trabajo como desde afuera, a considerable distancia; como si lo viera por primera vez, con los brazos cruzados y, en el rostro, una sonrisa afectuosa y algo pícara.
Con desenfado y en apariencia sin mayor esfuerzo, Carlos Amorales trasciende todos los medios y géneros. Aunque se mantiene inmerso en la búsqueda de la innovación conceptual, se concentra en un mismo tema durante muchos años para explorarlo a fondo, como sucedió con su «lucha libre», su «archivo líquido», sus numerosos videos y películas, y la creación del sello discográfico de pop rock «Nuevos Ricos» en la primera década de este siglo, con el objetivo de «llenar nuestro vacío cultural» (C. Amorales). Carlos no cesa de darnos sorpresas refrescantes, actualizadas y absolutamente modernas en términos estéticos y morfológicos. En sus obras estéticamente amorales, refleja la interminable fragmentación de nuestro mundo hibridado.
Ciertos rasgos recorren, como un hilo rojo, la obra de Carlos Amorales. Crea collages, pero de manera muy distinta a la de un Schwitters o un Rauschenberg, sus principales colegas históricos. Carlos une conceptualmente aquello que no embona; hace audaces malabares con sus materiales iconográficos, otorgando un significado sustancial al inconsciente. También posee un fuerte sentido de la puesta en escena dramática y del gestualismo expresivo relacionado con el cine mudo. Carlos usa medios gráficos para congelar virtualmente todos los elementos subjetivos que impregnan su arte. Su «Archivo líquido» es testimonio de la importancia primordial de la gráfica en su creación:
Archivo líquido
El «Archivo líquido», obra en continuo proceso que empezó a crearse hará unos veinte años, se presentó en 2007, en la forma que ese entonces tenía, en nuestras salas expositivas de Zúrich. El archivo es la reserva gráfica y pictórica de Carlos; su repertorio iconográfico, compuesto por invenciones y creaciones propias, así como por objetos encontrados en diversos medios. Fue en su origen una recopilación por completo subjetiva e individual, de carácter íntimo: notaciones únicas, como los clásicos «dibujos de artista», de estilo característico y distintivo, con la excepción de que Carlos ha «licuado» sus dibujos. En otras palabras, en su caso específico la gráfica existe solo en la computadora, a manera de dibujos vectoriales. También son líquidos en el sentido de que son por completo (de)formables y el usuario puede combinarlos y modificarlos como le venga en gana. Carlos pone así a nuestra disposición su universo personal y fragmentado para la interacción lúdica, como una interfaz fluida a la que podemos dar vida con nuestra propia imaginación, estimulada por su material pictórico.
Flujo virtual de ideas
El archivo se manifiesta en dibujos –al estilo de siluetas o esténciles recortados mediante impresiones láser– que estamos invitados a agrandar, deformar, superponer o ligar a voluntad. Elaborado al inicio como una forma de autoafirmación personal (no muy diferente del «Atlas» de Gerhard Richter, pero menos pertinaz), el «Archivo líquido» de Carlos Amorales presenta un repertorio muy personal de gráficas y formas que él nos ofrece como generadoras de ideas en potencia. Funciona como un vocabulario o alfabeto con el que podemos deletrear palabras y oraciones, desarrollando nuestro propio lenguaje. El «Archivo líquido» es una caja llena de tipografías, como la que usa la imprenta tradicional, con planchas de letras varias, ligaduras y símbolos que podemos ensamblar una y otra vez.
Si nos fijamos en la interpretación artística que hace Carlos Amorales de su propio archivo, nos topamos con collages enigmáticos, fantasmagóricos, difíciles de descifrar. Nos hablan de fragilidad y peligro; imágenes arcaicas y arquetípicas se fusionan metamórfica y mágicamente con alta tecnología, conduciéndonos a mundos nunca antes soñados, percibidos o imaginados – las obras de Carlos te incitan a desear más.
«No es tanto el arte en sí lo que me aburre, sino el mundo del arte». (Carlos Amorales, 2007)
La obra de mi colega Carlos Amorales. que me voló la cabeza fue la que presentó en San Pablo en una muestra que estuvismo juntos con varios artistas más del alrededor del mundo Amorales Contra Morales Era obra muy Mexicana muy fuerte y contemporánea , luego el performance realizado en PS1 en donde el bailaba sin parar todo tiempo vestido de diablo , traspiraba y sudaba tanto que al final todo el cuarto estaba impregnado de su olor , que olía a diablos, percibi que el olor era parte de la pieza, para mi en cierto modo fue como una cachetada en la cara de los espectadores Americanos . Gran obra!! , la otra obra que no olvido es la de la maquilas que creo que fue presentada en la biennale de Venecia , dos o tres videos que me parecieron una gran contribución al arte contemporáneo Mexicano . Todo lo que vino después No es malo
ni bueno sino todo lo contrario . Admiro mucho a Carlitos porque siempre nos está proponiendo algo nuevo que nos deja confundidos.