Arte Latinoamericano

Escanear el continente

¿Qué nos hizo elegir Río de todos los lugares? Queríamos establecer Casa Daros en una ciudad con una próspera escena artística que, no obstante, tuviese amplia cabida para nuevas sedes. Y además buscábamos un lugar atractivo para nuestros futuros visitantes.

¿Por qué Río?

Apenas empezamos a armar la colección, a fines de 2000, nos pusimos a buscar un lugar para establecer la futura Casa Daros. Desde el inicio se pensó en La Habana. Mi idea era bastante simple: establecer la Casa en un sitio de conveniencia geoestratégica. Las cosas se nos perfilaban bien y teníamos razones para creer que ya nos habríamos acomodado para cuando el orden social poscastrista estuviese en pleno auge. Pero la Primavera Negra de Cuba en 2003 frustró nuestros planes por completo porque llevó al país al aislamiento total. También puso fin a nuestras negociaciones con las autoridades cubanas, que hasta ese momento habían fluido de manera increíble y arrolladoramente bien. En un principio habíamos contemplado la idea de abrir dos centros en Latinoamérica: uno en territorio de habla hispana y el otro en Brasil. Cuando fracasó el proyecto en Cuba, de inmediato dirigimos toda nuestra atención hacia Río de Janeiro. Nos tomó un buen tiempo de intensa búsqueda, pero finalmente encontramos nuestro sitio.

El auge de la escena artística brasileña ya se avecinaba, pero aún no se había manifestado. El número de galerías en Río no era para nada abrumador y el clima artístico estaba bastante estancado, ya que la mayor parte de la actividad comercial estaba centrada en São Paulo. Desde São Paulo, Río se veía como un buen destino para ir a divertirse un fin de semana en la playa, pero estaba muy lejos de ser el bastión del arte y la cultura.

Las instituciones de arte en Río en ese momento podían enumerarse en un dos por tres. El corazón expositivo quedaba en el Centro Cultural del Banco do Brasil (CCBB) y entre los museos destacaba el Museu de Arte Moderna (MAM) seguido por el Museu de Arte Contemporânea (MAC), cerca de Niterói, el Paço Imperial y el Centro Hélio Oiticica. Menos visibles eran la Casa França-Brasil y su vecino, el Centro Correios. Además, estaban los “clásicos”, como el pequeño pero excelente Instituto Moreira Salles y la Fundação Eva Klabin. En general, encontramos una diversidad que sin lugar a dudas se beneficiaría de la presencia de Casa Daros.

 

La competencia es buena para los negocios

Curiosamente, un número impresionante de iniciativas surgieron en América Latina justo cuando estábamos armando la Colección Daros Latinamerica. Todas se fundaron hacia el año 2000, aunque con enfoques y motivos muy diferentes entre sí y sin conocerse las unas a las otras. Todas se beneficiarían en forma sustancial de una situación bastante positiva para el arte latinoamericano en los años venideros. Ni siquiera la crisis financiera mundial de 2008 la afectó demasiado. Se había producido un cambio tangible para la práctica y la recepción del arte en América Latina.

 Arranques (más o menos) simultáneos

  • El centro de arte internacional y jardín botánico de Bernardo de Mello Paz en Inhotim, cerca de Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil: una increíble historia de éxito con un conjunto de pabellones de arte en medio de un vasto parque; una utopía hecha realidad, surgida de la nada y que hoy atrae a visitantes de todo el mundo.
  • El Centro Internacional de las Artes de las Américas (ICAA) en el Museum of Fine Arts de Houston (MFAH), iniciado y encabezado por Mari Carmen Ramírez, uno de los principales centros de ciencia e investigación sobre arte latinoamericano, a cargo del proyecto a largo plazo de digitalización de archivos y fuentes originales sobre arte latinoamericano.
  • El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), fundado y manejado por Eduardo Costantini, que a lo largo de los años ha logrado adaptarse a las necesidades políticas y sociales, convirtiéndose en parte integral del paisaje museístico de Argentina y América Latina.
  • La Fundación Cisneros Fontanals (CIFO), de Ella Cisneros, con sede en Miami, que apoya a artistas latinoamericanos.
  • La Fundación Jumex Arte Contemporáneo, con su museo en la ciudad de México, creada por Eugenio López como una especie de “Kunstverein más colección” con una agenda internacional.
  • La Bruce and Diane Halle Collection en Phoenix, Arizona, enfocada en Latinoamérica desde su fundación en 1995.
  • La Colección Alfonso Pons, de un coleccionista venezolano de origen catalán, junto a su legado para el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA).
  • El nuevo Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) en La Habana, inaugurado por Fidel Castro en 2001, pero con poco impacto más allá de Cuba.
  • En extremo importante para Latinoamérica, por otro lado, han sido la Bienal do Mercosul, que tiene lugar en Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brasil, desde 1997; la Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano (BAVIC), que desde 1998 cambia de país en cada edición; y la Bienal Iberoamericana de Lima, que tuvo lugar solo tres veces entre 1997 y 2002.
  • La Feria de Arte de Bogotá (ArtBo) y la Feria de Arte Zona Maco en México DF surgieron en 2004 y con los años se han convertido en instituciones bien establecidas en la región. De lejos la feria internacional más importante para el arte latinoamericano, Art Basel Miami Beach domina la escena desde 2002.
  • Dos cambios vitales ocurrieron en el paisaje de las galerías latinoamericanas en el año 2000: después de que los fundadores originales, Ruth Benzacar y Marcantonio Vilaça, fallecieran, sus galerías se realinearon y relanzaron. La nueva galería Ruth Benzacar la dirige su hija Orly en Buenos Aires, mientras que la galería Fortes Vilaça se renovó en São Paulo.
  • Con diversos grados de éxito, el MoMA en Nueva York, el TATE Modern en Londres y el Centre Pompidou en París intentaron acomodar el arte latinoamericano (más sobre esto luego).
  • El Blanton Museum of Art en Austin, Texas, la Americas Society en Nueva York, y, por supuesto, la destacada y excelente Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC) en Nueva York siguen siendo instituciones importantes.

 

  1. Es verdad que hay bastante movimiento con las varias importantes colecciones y museos que se activaron desde Houston y toda Latinoamérica. Daros en Río estaba logrando una comunicación más activa y coherente entre todos esos puntos. La colección Daros Latinoamerica debería seguir mostrándose en los países cuyos artistas colecciono. Eso seguiría creando un diálogo desde Houston a Brasil conservando la energía que logró en su corta vida en Río.

  2. Trabajo como responsable de exposiciones del Centro Cultural Tijuana, en la frontera con el estado de California y se manifiesta la distinta percepción del arte en ambos lados de la frontera. Por el lado norteamericano hay una ausencia de conocimiento del arte contemporáneo latinoamericano y el arte contemporáneo en general, sobre todo en el sur de California una zona preponderantemente conservadora, por el otro lado en Tijuana, hay una efervescencia creativa derivada en gran parte por esta energía de la frontera, hay un conocimiento mayor del arte contemporáneo latinoamericano que sin embargo no se conecta de manera definitiva con el resto del continente. Hay una ausencia de espacios donde pueda converger el arte latinoamericano y es extraño en un punto geográfico importante.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *