Arte Latinoamericano

Fabian Marcaccio (nace en 1963, en Rosario, Argentina, y vive y trabaja en Nueva York)

«Paintant Stories», de 2000, es la obra maestra de Fabián Marcaccio: una inigualable gesamtkunstwerk multimedia, un «mural» en el mejor sentido de la palabra, con unos buenos cuatro metros de altura constante y una longitud de más de 100 metros, que se extiende a todo lo largo de las salas expositivas y más allá, saliéndose al aire libre si es necesario. «Paintant Stories» es una pintura sobre la historia contemporánea, un panorama universal del mundo, una descripción híbrida de nuestro tiempo en toda su alucinante complejidad y su extrema incomprensibilidad.

Fabian Marcaccio, “Paintant Stories”, 2000, Mixed Media, approx. 4 x 100 m, Fotografía: Peter Schälchli, Zürich, Cortesía: Daros Latinamerica Collection, Zürich

Hilar materiales, medios y significados

Fabián Marcaccio ideó y compuso «Paintant Stories» como un hipertexto híbrido en un monitor de los estudios Warner Brothers en California. Imágenes generadas por computadora y piezas pictóricas prefabricadas se fusionan y combinan; la pintura directa se encuentra con el trazador digital. En realidad, muchas de las pinceladas gestuales y expresivas de estas paintant stories fueron generadas por ordenador. Su contenido híbrido se refleja directamente en su making-of: ¡una pintura que habla de la pintura!

Sinfonía y cacofonía a la vez, «Paintant Stories» vive de –y con– todos los contrastes y contradicciones de nuestro mundo, que van hilando esta obra en apariencia interminable. Marcaccio acuñó la palabra paintant para referirse al papel activo de la obra con relación al espectador: se despliega ante nuestros ojos como una película continua en formato de supercinemascope que, sin embargo, permanece inmóvil, como un flujo interminable de imágenes e información que parece haberse detenido a propósito en un momento específico para nosotros, los observadores. Nos sentimos interpelados a buscar las imágenes para filtrarlas del barroco exceso de información.

Navegar la complejidad

Experimentamos un impacto mental intenso y sin filtros, al que casi nos rendimos, impotentes, cuando miramos por primera vez este flujo de imágenes y tratamos de asimilarlo. Aunque congelados en el tiempo y el espacio, estos lienzos exudan una pulsación dinámica. Surgen diferentes lecturas que dependen de nuestro estado de ánimo en el momento y de nuestro distanciamiento objetivo de la pintura. De cerca, a unos tres o diez metros, reconocemos tres planos pictóricos muy distintos que, según nuestra percepción espontánea, se superponen sin cesar, saltando de un lado al otro y manteniéndonos en un fluctuar constante entre los diversos temas de estos planos. A las imágenes grandes las invaden microimágenes y viceversa; todos los planos de forma y contenido se intercalan continuamente. Estamos expuestos a un perenne ruido de fondo, a una plétora de información llena de impurezas y contaminaciones. El manejo exitoso del multitasking es una destreza clave para hacer el intento de navegar por la avalancha de imágenes y elegir secuencias individuales de significado. Concatenaciones imprevisibles, múltiples recapitulaciones hibridadas de motivos individuales y reverberaciones de todo tipo fabrican una complejidad aún mayor: después de inspeccionar todos sus 100 metros pictóricos de longitud, podemos volver atrás y comenzar otra vez, con la impresión de estar observando algo nuevo, que nunca antes habíamos visto.

Fabian Marcaccio, “Paintant Stories”, 2000, Mixed Media, approx. 4 x 100 m, Fotografía: Peter Schälchli, Zürich, Cortesía: Daros Latinamerica Collection, Zürich

Equilibrio del caos

«Paintant Stories» vive de la discontinuidad y las rupturas inmanentes, de la fragmentación sin fin. Abundan las contradicciones, inconsistencias y contrastes: la figuración se topa con la abstracción, el caos con el orden y lo matérico (acrílicos, siliconas, polímeros, vinilos) con lo inmaterial. Staccatos salvajes de un gestualismo vulgar y estridente de repente se convierten en delicados poemas y pinturas sutiles. Una y otra vez, nos enfrentamos a erupciones orgiásticas, pero congeladas y bajo control. Percibimos esta red astillada de discontinuidades que se vale de una técnica combinada, fragmentada y sintetizada con temas que van desde la política, la sociedad, la economía y el sexo, hasta la violencia y también la historia del arte, en un fulgurante y ejemplar reflejo de la condición humana en nuestro siglo XXI.

Los críticos de arte tienen dificultades con imágenes tan complejas como estas; disfrutan de obras más fáciles de digerir. Las mentes simples tienden a favorecer lo directo y están más dispuestas a celebrar la vanguardia de la década de 1960 que a reflexionar sobre lo que realmente constituye la vanguardia de hoy. La crítica de arte, por lo tanto, prefiere envolverse en un tímido silencio ante las paintant stories de Marcaccio – todavía nadie se ha atrevido a definir los criterios para juzgar una obra de este tipo.

«Yo más bien busco balance, más que belleza. Pero es un balance del caos realmente, es una especie de tratar de no reducir, de mantener una complejidad. No hago diferencia entre la obra o mi concepción de la vida en sí.» (Fabián Marcaccio en «Conversación entre Hans-Michael Herzog y Fabián Marcaccio, Paintant Stories, catálogo de la exposición, Daros Latinamerica Collection, Zúrich 2005, p.41)

 www.paintantscorporation.com

www.paintantsstudio.blogspot.com

  1. Esta obra de Marcaccio es tan potente, tan atemporal, que cada vez que declaren que la pintura ha muerto hay que recordarles que esta obra existe, que esta obra será siempre contemporánea, que la pintura no morirá nunca. Impecable tu artículo, Hans!!!

  2. Me pareció muy exitoso tu análisis de esta pintura interminable de Fabián. Es tan violenta y atrevida, cuando la vi no entendí, solo me dejo exsahusta al mirarla y me dije, es tan confusa y agresiva que es una excelente pintura. Sigo pensando así y tú critica es para mi ajuicio excelente.

  3. Llama la atención el término Mural (“en el mejor sentido de la palabra”, dixit Herzog), dado que la idea de pintura mural desde la perspectiva latinoamericana (Siqueiros, principalmente, pero no solamente) implicaba ya una integración plástica de varios elementos: el cine, la perspectiva poliangular, la abstracción, el uso de materiales no pictóricos y la materialidad exacerbada (que vemos en los murales de Siqueiros en el Poliforum, donde además utiliza el collage de elementos tridimensionales). Parecería que Marcaccio es una actualización digitalizada, banal y barroca, multimedia, pero que declara solo un plano de lectura: el de la pintura, eso sí en toda su extensión.

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