«Esta idea de un arte prefabricado que no respeta a la gente es lo que combato y en lo que difiero de instituciones que ya tienen una idea fija de lo que quieren que yo haga. Ello va en contra del arte mismo. Es un problema muy contemporáneo que tenemos que enfrentar: el vínculo entre ética y arte». (Humberto Vélez)[1]
Estética de la colaboración
«Para Vélez, la colaboración no es un fin en sí mismo, sino una estrategia operativa integral que cuestiona el papel del arte en la estética de hoy. La apertura a diversas influencias culturales, así como la participación de no artistas, dan lugar a que los proyectos de Vélez desarrollen lo que él llama la ‘capacidad de producir estética’. A lo largo de extensos períodos de gestación y de la performance final, sus proyectos proponen diferentes conceptos de cultura, poder y ética, opuestos a los de las instituciones artísticas tradicionales (…)
Estas obras construyen un mundo diferente, imaginando nuevas asociaciones de pertenencia, a menudo para aquellos que no tienen voz ni en la sociedad convencional ni el mundo del arte contemporáneo. Sus performances se apropian de otras formas sociales de organización, tales como desfiles, eventos deportivos y regatas, y las presentan de una manera diferente (por ejemplo, historias de migración, identidad, raza, belleza y clase), reinsertándolas en instituciones excluyentes, museos y otras, y cruzando en el proceso muchas fronteras culturales y estéticas. En muchas de estas performances, Vélez no nos muestra algo fuera de lo común, aun si la obra propone una visión por completo diferente del arte contemporáneo (…) Al cambiar radicalmente la definición de la forma y la función del arte contemporáneo, Vélez presenta nuevas posibilidades estéticas que nos muestran formas alternativas de producción cultural.
El trabajo de Vélez también cuestiona la ética de la colaboración (cómo trabajamos unos con otros) y la participación (quién participa y por qué), integrando estas preguntas en el proceso de la creación artística. Él las convierte en el sujeto, y no en el estilo, de su manera de trabajar, convencido de que la ética de la colaboración en el arte no es representar la política, sino vivirla (…)
Aunque poseen un impulso pedagógico, sus representaciones tampoco son proyectos de ‘arte comunitario’: son situaciones abiertas de aprendizaje destinadas a transformar las estructuras en las que Vélez y sus colaboradores viven y trabajan (…)
Vélez nunca es un performer en sus representaciones artísticas ni se convierte en su sujeto, aunque comparte una perspectiva de ‘forastero’, similar a los participantes de sus proyectos. Él sirve más bien como catalizador de las historias e ideas de otros, jugando un papel similar al de director de orquesta o de cine, que combina y da forma a expresiones e intereses colectivos y culturales para transformarlos en nuevos contextos narrativos». (Emelie Chhangur)
El poder de unir a las personas
Para dar una idea de las numerosas acciones de Vélez que han tenido lugar a lo largo de los años en Shanghái, La Habana, Valparaíso, Limerick y Venecia, entre otras ciudades, he aquí una breve sinopsis de algunos de sus proyectos:

En 2007, Vélez organizó su espectacular performance «La pelea» en la Sala de Turbinas de Tate Modern en Londres. «La pelea» duró toda una tarde y contó con un evento de boxeo en un cuadrilátero central, acompañado de música y baile, con miembros de clubes de boxeo del cercano distrito londinense de Southwark, que se enfrentaron entre sí.
En «La más bella» para la X Bienal de Cuenca, Ecuador, Vélez convocó a un jurado para que seleccionara a la llama «más bella» en un guiño a las ceremonias de premiación de artistas que aún se celebran en muchas bienales internacionales.

En 2010 montó una especie de cabaret urbano en medio del Sena en la exclusiva piscina parisina Josephine Baker, “Le plongeon”, con raperos, bailarines, poetas y nadadores que realizaron interludios de natación, evocando los viejos musicales hollywoodenses.
Su actuación más elaborada implicó muchos años de preparación: en 2011, «The Awakening» (El despertar) reunió a gimnastas urbanos, músicos, artistas de las Naciones Originarias, y jóvenes y ancianos indígenas en el centro simbólico de la cultura visual de Toronto: la Art Gallery of Ontario.
Otro proyecto notable se repitió durante varios años en distintos lugares: con «Miss Education», Vélez quiso confrontar los prejuicios sociales, artísticos e intelectuales, explorando el elitismo y los estereotipos del arte, la educación y la belleza a través del lente de los eventos mediáticos y la cultura popular. Vélez buscó desafiar en forma lúdica los conceptos de arte y educación, fusionando aspectos del mundo del arte global con el atractivo masivo de los concursos de belleza. Para ello, en 2013 el célebre artista conceptualista latinoamericano Luis Camnitzer aceptó ser el presidente del jurado del concurso Miss Panamá y eligió personalmente a una nueva ‹Miss› con el título de “Miss Education”.

Actuaciones tan elaboradas y complejas difícilmente se prestan para la documentación audiovisual. Sin embargo, puedo señalar dos proyectos performáticos más pequeños, pero profundamente deliciosos: el video «The Last Builder» (2008) y «La carrera», pieza sonora concebida originalmente como una performance radial para la VII Bienal de Panamá (2005):
humbertovelez.com/panama/the-last-builder/
humbertovelez.com/panama/panama/
“El arte empodera. En algunas ocasiones sirve para algo. Tiene el poder de hacernos sentir mejor con nosotros mismos; ¿acaso no es este su significado? A veces olvidamos que significa, no su significado académico, sino lo que significa para la gente. El arte nos hace sentir mejor, quizás más inteligentes, tal vez nos ayuda a entender algo o nos brinda la posibilidad de tomar una posición frente a la vida. Mi trabajo es una manera de comunicar estas cosas, es conectar el arte con lo real y hacer que el arte signifique algo para la gente; no sólo dentro de las artes, sino también para las personas ajenas al mundo del arte”. (Humberto Vélez)
[1] Todas las citas provienen del libro Humberto Vélez: Estética de la colaboración, Emilie Chhanghur, ed., varios autores, Toronto: The Art Gallery of York University, 2012.
O trabalho do Humberto é sempre instigante. Acho importante esse diálogo com temas que vão além dos muros das instituições.
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Bravo!
Humberto es criterio luminoso y tenacidad poética. En sus obras los destellos de la inteligencia danzando con la verdad y la belleza.
No olvido nunca esa pieza sonora “La carrera”, esa carrera de Hipodromo? narrada con esa maravillosa ironía que caracteriza a Humberto. Gran artista que nos hace reflexionar sobre la Etica y la estética.
Excelente comentario de este gran artista. Gracias por mantener esta instancia.
Bravo Humberto . Me encanto toda tu propuesta, se me hace fresca, profunda , original y simple, pero que nos llega a todos en general
Muy interesante. Seduce su trabajo 👩💻
Gracias
Hola Hans, me fascina la fórmula que encontró para insertar su arte en la vida cotidiana , cariños y gracias