«No creo que sea muy difícil leer mi obra; al menos así me gustaría que fuera… Para mí es de gran importancia no expresar un pensamiento, sino generarlo: crear una brecha entre mi propuesta y la percepción o recreación del lector». (En: «Para ti», Daros Latinamerica Collection, Zürich, 2005, p. 30)
Las obras de Liliana Porter desafían la creatividad asociativa del espectador. Hacemos un esfuerzo por producir significados cuando intentamos decodificar sus ensamblajes artísticos y, según el trasfondo cultural y los códigos de cada quien, alcanzamos cierto éxito. Sólo mediante esta interacción puede crearse la obra verdadera en nuestra mente, cumpliendo así con la condición de una clásica obra de arte conceptual. Porter nos ofrece el material iconográfico, que, por supuesto, ya ha pasado por un crítico filtro y una escrupulosa prueba referencial. Nos presenta coloridas estatuillas tomadas de una amplia gama cultural, baratijas kitsch y souvenirs del reino de la cultura «baja» y pop, que ella ensambla en combinaciones en apariencia azarosas que invitan a la reflexión.
Lecciones alegres sin posturas didácticas
Este «material de construcción», cargado de iconografía, representa una plétora de facetas de la historia social y cultural del siglo XX. Liliana separa todos estos juguetes de su «inofensivo» contexto original (que, sin embargo, sigue resonando) y los ubica –anárquica, alegre, lúdica y humorísticamente– en nuevos contextos situacionales, donde adquieren un contenido muy distinto. Los triviales juguetitos se convierten en actores serios y significativos que satirizan, de manera exquisita, nuestra vida social y política en situaciones dialógicas y, al parecer, absurdas. Oscilan entre la banalidad y la profundidad, entre el ingenio y el desconsuelo, y siempre adoptan una mirada amorosa, a veces sarcástica, de nuestra existencia demasiado humana, de la condition humaine, que ella nos sirve en la bandeja de plata del arte.

En variaciones asombrosas, sorprendentes y siempre cambiantes, Porter nos presenta en sus fotografías, videos e instalaciones las interacciones más diversas e improbables entre sus muñecos y estatuillas. A menudo les pide que recreen escenas burlescas: el patito de hule amarillo chillón que mira fijamente la imagen de Cristo, el Mickey Mouse que se ha caído en un plato con el retrato del Che Guevara… Sin dedo acusador o bastón amenazante, la tía Liliana se las arregla para darnos, a nosotros los niños, una profundidad bufa y tragicómica bajo una superficie alegre y fácilmente digerible, haciéndonos percibir, aprender y experimentar de forma lúdica su obra artística.
Arte povera con un toque de tango
Tan ágil y ligero como pareciera el arte de Liliana Porter, a veces se nos atraganta. Sus referencias no siempre son fáciles de digerir; con frecuencia son grotescas y astringentes. Liliana no duda en poner el dedo en dolorosas llagas sociales y apuntar a problemas políticos. Sin embargo, nunca es altanera; más bien, conserva siempre un humor seco con tersos matices en las situaciones lacónicas que crea y denomina «viñetas teatrales». En mi opinión, ello se manifiesta mejor en su gran video «For you / Para usted» (1999).
El arte de Liliana Porter es minimalista en el sentido de que muestra solo lo absolutamente necesario. ¡Menos es más! Está comprometida con el arte povera en la medida en que se limita a materiales «pobres» y baratos. Su arte es conceptual en extremo: no solo fue una de las primeras conceptualistas; hasta el día de hoy se ha mantenido fiel a un conceptualismo lúdico, rico en metáforas e invariablemente ambiguo, que va de lo sutil a lo abismal. Siempre adereza sus obras con una dosis de poesía elegíaca y con frecuencia las acompaña de tangos argentinos que suelen darles un toque narrativo de balada callejera.

www.lilianaporter.com
Fantástica obra. Menos es MAS …
“Para mí es de gran importancia no expresar un pensamiento, sino generarlo…”. Maravillosa síntesis de una cuestión no siempre bien comprendida.
Siempre he admirado el humor y la ironía de Liliana, aguda e inteligente ha sabido trasmitirlo en su arte. Se digiere fácilmente pero siempre deja preguntas en el veedor.
La obra de Liliana será minimalista, usará materiales de arte povera, tendrá referencias grotescas y astringentes, hasta “kitsch” ocasionalmente. Pero ante todo, mucho mas que cualquier otra cosa es “100% Porter. A fines de los ’60s ya era integralmente conceptual, integralmente Porter. Aquí en Trouville, nuestro refugio de la pandemia, entre nuestro patio soleado y lleno de flores y la vista al mar, está en una pared bien visible la monocopia de 1969 pariente cercana de “Wrinkles” que miramos y admiramos todos los días. Una gran artista que hemos tenido el privilegio de conocer y coleccionar.