En diciembre viajé a la India por cuarta vez en años recientes, porque aún me queda mucho por aprender y descubrir en ese país. Como es natural, me interesa el arte contemporáneo, así que visité la Bienal de Kochi, en Fort Kochi, frente al mar Arábigo, en el estado sureño de Kerala. Al igual que los demás colegas, artistas y amantes del arte, tanto indios como extranjeros, llegué a tiempo para la inauguración. Sólo que nada estuvo listo a tiempo y, literalmente en el último minuto, la apertura a inicios de diciembre se pospuso hasta un par de días antes de Navidad.

Huérfanos de bienal, los visitantes decidimos aprovechar al máximo la situación sin visitar exposiciones. Fort Kochi, sede de la bienal desde 2012, es un lugar agradable y tranquilo situado justo en la costa. Es un destino ideal para pasarla bien y para una primera visita a la India.

Al parecer, durante la pandemia nadie se había ocupado del recinto histórico de la bienal. Electricidad no había, pero sí muchos daños causados por las lluvias y deudas con los contratistas de la edición anterior. Ello se debió sobre todo a la falta de voluntad política y de profesionalismo por parte de la administración. Los artistas y la curadora se encontraron indefensos ante las circunstancias.

Bambú plegable (obra del artista indio Asim Waqif): ¿una metáfora de los misteriosos e intrincados caminos del arte indio contemporáneo?

Aunque India Art Fair –la única gran feria de arte del subcontinente– sigue en pie desde 2011 en Delhi, la escena del arte india siempre tiene un ojo puesto en Mumbai (Bombay), donde tienen su sede algunas de las galerías de arte más prestigiosas e influyentes del país.

Con unos veinte millones de habitantes, Mumbai es la ciudad más grande de la India, el centro financiero, sede de Bollywood –la industria cinematográfica del país–y una metrópolis efevervescente y fascinante.

Colaba es el centro histórico de la ciudad; es decir que se remonta a la época de la colonia británica. Desde el punto de vista urbano, su espléndida y representativa arquitectura colonial casi transmite la sensación de estar en Londres.

Gateway of India: Inaugurada en 1924 como símbolo del Imperio Británico, este monumento emblemático de Mumbai es aceptado hoy por los indios como un emblema de orgullo nacional.


Aunque alberga colecciones realmente magníficas, el Museo de Historia de Mumbai tiene un aspecto empolvado. Lo mismo ocurre con la Galería Nacional de Arte Moderno, que encuentro bastante desfasada.

Algunas casas de Colaba –antes magníficas y cuyas fachadas se ven deterioradas– albergan elegantes galerías de arte y diseño, que hoy gozan de gran popularidad entre los compradores adinerados por su estilo shabby chic.

Los objetos de arte y diseño parecen encontrar su clientela. Como antes en otras partes del mundo, el arte sirve sobre todo como recreo para la élite, de la que proceden tanto los productores como los compradores de arte.
Aunque no tan de moda como la exitosa y popular Mumbai, Bangalore (Bengaluru en canarés) también es digna de mención. La capital del estado de Karnataka, con más de diez millones de habitantes, es una metrópolis que encierra considerables atractivos. Situada a casi mil metros de altura, Bangalore goza de un clima excelente. Centro informático de la India, dispone de vuelos directos al resto del mundo. Además, cuenta con un buen número de interesantes espacios y galerías de arte, todos ellos quizá menos espectaculares que los de Mumbai, pero también menos pretenciosos.

Hace poco se inauguró el MAP (Museum of Art & Photography Bengaluru). Una iniciativa privada, única y ultraprofesional, se espera que este museo se convierta en faro y modelo para espacios similares en toda la India en un futuro cercano.
No hay que olvidar las actividades artísticas locales y regionales que van consolidandose poco a poco: la Bienal de Fotografía de Chennai (Madrás), que ya va por su tercera edición, o el Mumbai Urban Art Festival, celebrado por primera vez en 2014, por ejemplo. El deseo de algo nuevo es palpable en todas partes en la escena artística, aunque a menudo sigan faltando los cimientos estructurales y financieros.
Un motivo de esperanza reside en el hecho de que, por primera vez en la historia del arte de la India, jóvenes de los estratos sociales más bajos (que forman una cuarta parte de la población total, es decir, unos trescientos millones de personas) son productores de arte. En toda la India, una docena de jóvenes artistas de la casta de los «intocables» están adquiriendo un creciente reconocimiento internacional.
Gracias por el gran reportaje sobre la fallida Feria y los planes para mejorar el éxito de Mumbay y losplanes culturales de la India. Lo que me encanto es la escultura “Hans cayendo en un sofá cama” creo que representa muy bien lo que sucedió en ese momento.
(perdón si estoy siendo muy irónica)
Gracias Hans! Como siempre, un soplo de conocimiento de una realidad cosmopolita, desconocida …..y muy amena!
Muito agradecida pelo envio. Gostei de ler e saber como se passa. Parabéns, Hans-Michel.
Obrigado querida Dodoma! XX Hans
Muchas gracias, qué interesante todo!
Gracias 🤩. Súper interesante. Una conexión verdadera con el arte vibrante , de mundo 🌍 poco conocido.